
Por qué Europa no quiere el pollo de EE.UU. y qué países de América Latina lo compran
Europa mantiene prohibición al pollo de EE.UU. por diferencias sanitarias

La Unión Europea y el Reino Unido mantienen desde 1997 la prohibición de importar pollo estadounidense, reavivando una vieja disputa comercial con Washington. El veto se debe a las diferencias en las prácticas sanitarias: mientras Europa prioriza métodos preventivos en la crianza de aves, como la vacunación y estrictas normas de higiene, EE.UU. se enfoca en procesos postcosecha, como el lavado de carne con sustancias químicas para eliminar bacterias.
Aunque el uso de cloro ha disminuido en EE.UU., siendo reemplazado por ácidos orgánicos como el ácido peracético, la UE considera que estas técnicas pueden encubrir deficiencias higiénicas. La Casa Blanca ha calificado las normas europeas como "no basadas en la ciencia", pero tanto la UE como Reino Unido insisten en mantener sus estándares.
En contraste, países de América Latina como México, Cuba, Colombia y Chile sí importan pollo estadounidense, con México siendo el principal comprador mundial. A pesar de las tensiones, expertos advierten que ningún sistema está libre de bacterias como Salmonella o Campylobacter, y que la seguridad alimentaria depende de múltiples factores en la cadena de producción.
